Desde su concepción, a comienzos de los años 80, la GS estuvo orientada a desempeñarse dentro y fuera del asfalto como moto de aventura, gracias a características como una mayor altura del chasis, suspensiones más robustas y de mayores recorridos, una postura de manejo elevada y neumáticos capaces de ofrecer un comportamiento adecuado en asfalto y tierra.
Sin embargo, el preparador suizo VTR, decidió que la nueva R1300GS podría se capaz de enfrentar un circuito de carreras y, para demostrarlo, crearon la R1301, una moto que estructuralmente hablando sigue siendo una GS, presume de cambios importantes para hacerla más apta en un autódromo.
Estéticamente, es evidente que la moto es menos voluminosa, gracias a que los preparadores eliminaron las cubiertas protectoras del manubrio, el parabrisas y aplicaron algunos colores que, al final, la hacen lucir más pequeña y deportiva.
Las líneas más deportivas de la R1300GS también tienen que ver con los neumáticos deportivos y la pintura de los rines, los cuales son exactamente los mismos que la moto equipa se serie, sin embargo, al estar decorada, la sensación es totalmente diferente.
Donde sí hay cambios más radicales es en el asiento, el cual fue modificado en forma y tamaño. Así mismo, los posapiés para el pasajero también fueron retirados. La cereza del pastel la aporta la cinta ignífuga negra que cubre las líneas de escape. Una propuesta interesante para hacer de la nueva R1300GS una moto diferente y que, al mismo tiempo, luce muy bien.