El periodo vacacional de Semana Santa ya inició y si harás de tu moto la aliada perfecta para abandonar la ciudad por unos días, es momento de preguntarte si está en las mejores condiciones de hacerlo, pues recuerda que una cosa es circular por las calles de la casa al trabajo y de regreso, y otra muy distinta es someterla a un trabajo constante que puede prolongarse por horas.

En el apartado mecánico, lo primero que debemos verificar son las llantas, pues son las únicas partes de la motocicleta que tienen contacto con el camino, así que debemos asegurarnos de que, tanto la banda de rodamiento como el resto de su estructura, se encuentren en condiciones de soportar un viaje, así como su correcta presión de inflado.

Lo siguiente es verificar el sistema de frenos. Lo recomendable es revisar el desgaste de las balatas y, a partir de ello, determinar si es necesario cambiarlas por unas nuevas, en caso de que el espesor sea menor a tres milímetros, o de lo contrario, sólo limpiarlas y ajustarlas.

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Otra aspecto importante es revisar las condiciones de los amortiguadores, que no tengan fugas de aceite o que ya estén vencidos. Toma en cuenta que un juego de amortiguadores en mal estado o algún otro elemento que tenga juego, comprometerá la estabilidad de la moto sobre todo si llevamos el peso del equipaje y de algún acompañante.

También es fundamental verifica rel nivel de aceite del motor y su estado, que cubra la línea de nivel máximo, que tenga una viscosidad adecuada y un color café claro, pues de lo contrario es recomendable cambiarlo, así como el nivel del líquido refrigerante del motor, en caso de que tu moto equipe este sistema de refrigeración. No olvides checar que todas las luces exteriores funcionen correctamente.

Recuerda que si llevas acompañante, el peso extra que ello implica afecta la manera en que se comportará la motocicleta, por ello se debe ser más cuidadoso cuando enfrentamos este escenario y debemos prepararnos para un manejo más seguro.

En algunas motos es necesario ajustar la calibración de la suspensión (precarga de los resortes, compresión, amortiguación, etc) para compensar la disminución de la altura de la parte trasera de la moto; en algunos casos se puede hacer de manera electrónica y presionando un botón y en otros se tendrá que hacer de forma manual.

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Antes de iniciar el viaje, nunca será más importante señalar que el acompañante también debe contar con todo el equipo de seguridad que se requiere, que pueda agarrarse con las manos a las agarraderas sólidas en la motocicleta y que pueda alcanzar los estribos.

La motocicleta va a responder diferente cuando llevamos un pasajero a bordo ya que se modifica su reparto de pesos natural. Entre más pesado sea el pasajero más tardaremos en aumentar y disminuir de velocidad debido a una mayor inercia. Este cambio de pesos hace que en la frenada se comprometa más el rendimiento del freno delantero ya que la moto se aligera de esta parte. Por eso  cobra más importancia el freno trasero que tenderá a bloquear menos ya que se concentra más peso en esta parte. De hecho es conveniente activarlo primero para evitar que el pasajero de desplace, asentando así la moto.

También habrá que al realizar las maniobras a baja velocidad con más cuidado. Queda claro que es necesario manejar un poco más despacio y suave, especialmente al tomar curvas, esquinas o topes.

Además, debemos disminuir la velocidad con más anticipación cuando nos aproximemos a un alto y mantener un espacio de colchón más amplio siempre que bajemos de velocidad o nos vayamos a detener. Recuerda que la anticipación es la madre de la prevención de un accidente.

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Finalmente,además de lo anterior, es importante que consideres otros escenarios de riesgo mientras te desplazas por autopista. El primer factor tiene que ver con el trazado de la carretera, sobre todo en los caminos secundarios, donde las curvas sinuosas están a la orden del día. Por eso es importante prestar atención a los señalamientos y tomar la precaución debida, así como reducir la velocidad considerablemente para evitar un derrape.

Otro escenario es encontrarnos con animales pastando muy cerca de la carretera o cruzándola en busca de pastos más frescos, por lo que estar concentrado y circular a baja velocidad cuando el ganado aparezca desde lejos es la mejor reacción que podemos tener.

Considera que la quema de pasto y hierba seca también es una práctica común, y a veces el humo denso llega hasta la carretera. En nuestras carreteras es común que se realicen obras de mantenimiento durante el día, por lo que se debe estar atento a las señalizaciones de este tipo y encender las intermitentes y reducir la velocidad con antelación para evitar alguna colisión.

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No podemos ignorar el hecho de que el clima puede jugar en nuestra contra, pues durante nuestro viaje podemos encontrarnos con lluvia intensa, granizo, neblina e incluso deslaves. No debemos subestimar los fenómenos meteorológicos, pues además de cambiar las condiciones del camino, reduciendo la adherencia de los neumáticos y propiciando la acumulación de agua, afectan considerablemente nuestra visibilidad. Ahora sí, ¡felices vacaciones!