Sumario
- Deportividad urbana en dos formatos
- Keeway RKF 125: apasionada
- Benelli BN 125: acogedora
- Opinión y valoración
- Galería
Acudimos hasta Barcelona para poder disfrutar de una jornada de pruebas con las últimas novedades de Benelli y Keeway en España. Se trata de dos modelos que van animar todavía más uno de los segmentos más variados del mercado, las naked 125, y la filial española de ambas marcas nos había convocado para rodar tanto en un karting como en carretera.
Llegamos a Barcelona para acudir hasta una pista en Vic y la llegada fue muy efusiva, tanto por parte de todo el equipo anfitrión como por parte de la lluvia. Y esto marcó el resto del día en el que sí montamos en moto pero nunca paró de diluviar, por eso vas a leer una prueba de las nuevas Keeway RKF 125 y Benelli BN125 pero en agua, lo que le da más valor a las conclusiones porque todo era muy adverso. Pero antes te las voy a presentar.
Deportividad urbana en dos formatos
La Benelli BN125 estrena chasis tubular rojo y está impulsada por un motor refrigerado por aire-aceite, cuya potencia nominal es de 11'1 CV y su consumo muy moderado al estar por debajo de los 2 l./100 km.
Con un diseño marca de la casa, deportivo pero comedido, protagonizado por angulosas formas y un aspecto decididamente deportivo, juega la baza estética como uno de sus principales argumentos.
La horquilla invertida protagoniza la parte delantera mientras que los discos lobulados, el faro delantero y la instrumentación digital, suman más detalles a un equipamiento muy digno para una moto de 2.499 €.
A pesar de su atrevida estética plantea una postura muy cómoda, sin forzar las extremidades, integrando al piloto muy bien en el conjunto.
En cambio, la Keeway RKF 125 es una moto que se escora mucho más a la deportividad en todos los aspectos, comenzando por su motor, de refrigeración líquida, con culata de cuatro válvulas y 13 CV de potencia.
Su aspecto es más musculoso y sofisticado, con un llamativo faro principal con tecnología LED y un robusto chasis de doble viga tubular. También cuenta con una horquilla invertida y las pinzas de freno en color rojo para reafirmar su personalidad más radical.
La instrumentación es una pantalla LCD de estilo muy deportivo en la que incluso podemos visualizar la marcha engranada.
Su estilo va en consonancia con la posición de conducción, en este caso mucho más deportiva, cargando el peso sobre la rueda delantera.
Por sus cualidades, ambas son motos 100% urbanas aunque la prueba iba a comenzar en circuito y esto iba a ser todo un reto solo superado porque además estaba empapado.
Keeway RKF 125: apasionada
Es la apuesta más ambiciosa de la marca en 125 y se nota que el producto apunta alto por el cuidado diseño pero también por el empuje del motor. Su asiento a 770 mm del suelo se alcanza con facilidad para situarte a los mandos en una posición marcada por las estriberas un poco retrasadas y los brazos que caen sobre el manillar, cargando el peso sobre las muñecas pero sin resultar incómodo.
El motor muestra un carácter enérgico desde la primera marcha aunque no pudimos realmente tratar de rodar fuerte porque la pista resbalaba demasiado, los neumáticos no daban abasto para evacuar agua.
El cambio de 6 marchas funciona correctamente y permite exprimir todo el genio de este voluntarioso motor para el que se anuncia un consumo reducido, en torno a los 3 l./100 km.
Cuando salimos del circuito, transitando por ciudad y carretera, el propulsor mostraba con claridad que es capaz de ofrecer unas buenas prestaciones.
La ligereza y estabilidad que sentimos a los mandos en todo momento evidencia que es una moto con una parte ciclo por encima de las posibilidades del motor.
Los frenos tuvieron una tarea difícil con tanta agua en el asfalto y solo podemos decir que a pesar de todo frenamos con seguridad en todo momento, ya que tienen cierto tacto, y además contamos con un sistema combinado al pie derecho. Esto acciona la pinza trasera y la delantera que tiene tres pistones, repartiendo la frenada para evitar el siempre peligroso bloqueo del freno.
Benelli BN 125: acogedora
La Benelli BN 125 es una moto en la que desde el primer momento te sientes muy cómodo, la posición de conducción es bastante más conservadora, natural, dando además la impresión de ser amplia para pilotos de talla grande.
Se llega al suelo con facilidad gracias que el asiento está situado a 780 mm y a que evita tener que abrir mucho las piernas debido a su diseño y forma más bien plana.
El motor es muy dulce y progresivo, con pocas vibraciones y una aceleración respetable ya que al contar con solo cinco marchas, cada una es bastante enérgica. Además, Benelli anuncia un consumo por debajo de los 2 litros, para un depósito de más de 13 litros. Echa cuentas...con un lleno tendríamos para más de 600 km, todo un prodigio en términos de autonomía.
Los frenos y las suspensiones son sencillas pero están perfectamente adaptadas al rendimiento del propulsor y de una parte ciclo que permite un comportamiento ágil y juguetón. Por eso su conducción es realmente sencilla y agradable.
En este caso y a pesar de que el motor es voluntarioso, la velocidad punta estaba en clara desventaja con la RKF 125 cuando pudimos salir a carretera. Por eso podríamos que su radio de acción es quizás algo menor pero en el corazón de la metrópoli es una compañera perfecta, por suavidad y comodidad.
Opinión y valoración
El grupo Keeway/Benelli da otra muestra más de porqué es el tándem que más motos de marchas vende en 125 cc. La influencia del gigante chino Geely que ha entrado con fuerza en el accionariado de grupo Qianjiang, y destaca por se uno de los agentes globales más importantes en el mundo de la automoción, parece notarse en esta dos motos.
Hasta ahora Benelli solo tenía la TNT 125, con la que está haciendo muy buenos números, para defender el honor en 125 pero la pequeña BN 125 va a ser un apoyo fundamental. Se trata de un producto que a falta de hacer una prueba más exhaustiva parece competente a tenor de su precio: 2.499 €. Dará que hablar porque se ha aunado una atractiva carrocería con un logrado espíritu urbano a un precio interesante.
Y la Keeway RKF 125 es otra prueba palpable de la ambición de una marca que poco a poco evoluciona con paso firme. El cuidado y logrado diseño busca el cliente de 125 de tendencia más radical en cuanto a estética, el mismo que se fija en una KTM 125 Duke pero que no puede gastarse los 4.499 € que cuesta. Por 2.799 € ofrece un sofisticado motor con cierta garra que se ve apoyado por un robusto chasis y unas suspensiones de tarado deportivo.
Es la moto más cara de Keeway y ella queda reflejado que no solo se ocupa de hacer motos “de batalla” sino que también apuesta por la calidad y el diseño.
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