Tarform, la startup de la Unión Americana, fundada por Jean Christian Jung y Taras Kravtchouk, sigue con su deseo de ofrecer productos futuristas que no sólo sean respetuosos con el medio ambiente, sino que también sean una alternativa de movilidad peculiar, que destaque por su diseño y prestaciones.

Bajo esa premisa es que llega la Vera, la cual es impulsada por un motor eléctrico en posición central, que entrega una potencia máxima de 76 caballos de fuerza y 118 libras-pie de torque, con un peso de 168 kilos, y con transmisión secundaria por correa dentada.

El propulsor es alimentado por un paquete de baterías de iones de litio de 8 kWh de capacidad, colocado bajo el falso depósito, que se puede recargar en dos horas al 100 por ciento y le otorga a esta motocicleta una autonomía por recarga de hasta 160 kilómetros, con una velocidad máxima de 137 km/h.

Además de contar con un sistema de frenada regenerativa, que permite recuperar algunos kilómetros adicionales de alcance, equipa pinzas y discos firmados por Brembo, uno por eje, así como una pantalla TFT de 3.4 pulgadas digital para el panel de instrumentos.

La Tarform Vera está montada sobre un chasis de aluminio, al que se anclan un equipo de suspensiones conformadas por una horquilla invertida frontal y un monoamortiguador trasero, ambos firmados por Ohlins. Tarform tiene abierto actualmente su plazo de reserva previa, por un precio inicial de 16,000 dólares.

Importante señalar que el fabricante solamente emplea materiales reciclables para la construcción de sus motocicletas y, aquellos que no pueden reaprovecharse, son biodegradables. Por ejemplo, la piel del asiento no es cuero como tal, sino que es de origen vegetal, obtenido de hojas de té y fibras de piña. El carenado es de bioplástico y la pintura es de elaboración natural, creada con pigmentos de algas marinas.