De acuerdo con la asociación, esta batalla arancelaria no beneficia a absolutamente a nadie y puede afectar a más de una empresa estadounidense, como Harley-Davidson e Indian, entre otras.
“Si bien reconocemos la necesidad de una respuesta equilibrada a las disputas comerciales, las motocicletas no deben convertirse en daños colaterales en conflictos comerciales más amplios. La industria de la motocicleta proporciona productos de alta calidad y da empleo a miles de personas. Además, es un motor económico fundamental. Dado que nadie gana en las guerras comerciales, hacemos una llamada enérgica a que se vuelva a la razón y a que ambas partes alcancen una solución justa”, señaló la ACEM.
Por otro lado, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, anunció la respuesta de la Unión Europea a las medidas arancelarias de Washington: “Los aranceles son impuestos que afectan a las empresas y, aún más, a los consumidores. Desestabilizan las cadenas de suministro, generan incertidumbre y ponen en riesgo empleos. Lo último que necesitan las economías de la Unión Europea y Estados Unidos es este tipo de barreras”.

Indian le canta las golondrinas a la FTR: dejará de fabricarla
Recordemos que el conflicto se intensificó el pasado 12 de marzo, cuando se confirmó que la Unión Europea aplicaría nuevas tarifas a ciertos productos estadounidenses, incluidas las motocicletas, como respuesta por el arancel del 25% que Estados Unidos impuso al aluminio y al acero europeo.
Desde luego que no todas las marcas estadounidenses están igual de expuestas a estas medidas. Indian Motorcycle, por ejemplo, fabrica motos de gama media en su planta de Opole, Polonia, destinadas al mercado europeo, lo que reduce su vulnerabilidad. Sin embargo, sus modelos más grandes, siguen produciéndose en Spirit Lake, Iowa, lo que las hace susceptibles a los nuevos aranceles.

Conoce la motocicleta de producción en serie de Harley-Davidson más potente hasta el momento
Esta no es la primera vez que Harley-Davidson se ve inmersa en una disputa comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea pues recordemos que, durante el primer mandato de Donald Trump, en 2018, se elevaron los aranceles a las exportaciones de motocicletas estadounidenses a Europa, lo que disparó el precio de las Harley hasta en 2,000 euros por unidad, provocando que la marca trasladara parte de su producción fuera de Estados Unidos para evitar el golpe comercial.
En su momento, Trump criticó duramente la decisión de Harley, acusándola de “rendirse” y declarando que una Harley debería fabricarse en Estados Unidos. “Estoy sorprendido de que Harley-Davidson sea la primera en izar la bandera blanca”. Además, advirtió: “Les vamos a poner impuestos hasta las cejas”.

Harley-Davidson en aprietos, las cuentas no le salen
Ahora, en su segundo mandato, la historia parece repetirse, pero la diferencia es que, en esta ocasión, la Unión Europea es la que impuso las restricciones y Harley-Davidson debe evaluar cómo responder. Más allá de lo que representa Harley-Davidson como ícono estadounidense, la marca no atraviesa su mejor momento. En 2024 registró una caída del 11% en ingresos, una reducción del 47% en sus ganancias operativas y una baja del 7% en sus ventas globales.