Es importante considerar que, con el uso, es normal que las balatas de los frenos, fabricadas con materiales cerámicos, cobre y grafito, entre otros, se vayan desgastando debido a la fricción entre estos componentes y los discos. Sin embargo, todo tiene un límite, y tarde o temprano, será necesario reemplazar estos componentes por unos nuevos, esta periodicidad estará determinada en buena medida por nuestros buenos o malos hábitos de manejo, así que debemos estar atentos ante las primeras señales que nuestra moto nos haga.

Dichas señales pueden ser sutiles o claramente manifiestas, la clave está en conocerlas para poder prevenir cualquier problema más grave. Los frenos raramente fallan completamente de forma repentina, por lo que dichos síntomas de desgaste suelen ir agravándose con el paso del tiempo.

El síntoma más común es escuchar un chirrido agudo durante la frenada, lo que indica la presencia de partículas de polvo metálico en las balatas debido al propio desgaste de las mismas.

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También puede suceder que la maneta en el manubrio o la palanca en el pie derecho se sienta demasiado dura, lo que indica que las balatas estén sucias con grasa o líquido de frenos. Este fenómeno también puede indicar que las balatas se hayan cristalizado debido al sobrecalentamiento o que los discos o tambores, según la configuración de nuestra motocicleta, estén dañados.

Cuando la maneta o la palanca parecen estar más bajas de lo habitual y presentan un tacto esponjoso, puede estar manifestando varios problemas, el más habitual suele ser la presencia de aire en el sistema hidráulico o que el líquido de frenos se haya degradado.

El líquido de frenos es una sustancia higroscópica, es decir, que tiende a absorber la humedad del ambiente. Un líquido de frenos deteriorado tendrá un punto de ebullición menor, por lo que, cuando los frenos eleven su temperatura, el agua del líquido se transformará en vapor, lo que dará lugar a esa sensación esponjosa.

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Durante una frenada fuerte se podría notar algún tipo de vibración. Esta señal puede estar manifestando un  problema de discos deformados o con ondulaciones; en este caso, la frenada no es pareja, por lo que estas piezas deben ser reemplazadas de inmediato.

En el momento en que notes que necesitas más fuerza de la habitual para activar los frenos, es muy probable que  haya algún problema relacionado con las balatas, el líquido de frenos o el sistema hidráulico.

En el primer caso, lo más probable es que las pastillas estén desgastadas y deban ser sustituidas. Con respecto al líquido de frenos o el sistema hidráulico, pueden presentarse fugas en el circuito, deterioro o escasez de este líquido o bien, presencia de aire en el sistema. El procedimiento habitual será el de purgar el sistema y rellenarlo de líquido de frenos nuevo.

Finalmente, otro escenario de riesgo es cuando manejamos de forma agresiva, abusando continuamente de los frenos y circulando a alta velocidad, las altas temperaturas pueden provocar que las balatas se cristalicen y pierdan su eficacia al pisar el freno.

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Esto significa que la resina de algunos materiales que integran el compuesto de la balata (materiales cerámicos, cobre, grafito, entro otros) se conviertan en líquido y salgan a la superficie a consecuencia de las altas temperaturas, formando una capa brillante y ultradura que evita que el rozamiento entre esta pieza y el disco o tambor sea deficiente, a tal grado que la capacidad de frenado se pierda momentáneamente o en su totalidad en tanto los frenos no se enfríen; la cristalización de las balatas es una de evidencia de que los frenos fueron abusados y por lo tanto sobrecalentados.

La solución es quitar los discos o tambores y rectificarlos, es decir, eliminar esa capa cristalizada de la superficie mediante un elemento filoso colocado en un torno; si no es suficiente, las piezas tendrá que ser reemplazadas por unas nuevas.

Así que ya lo sabes, si al manejar tu moto se presentan estos síntomas, no dejes pasar más tiempo y acude con tu mecánico de confianza para que repare el desperfecto, pues de lo contrario pondrás en riesgo tu seguridad y la del resto de los conductores.