Las motocicletas de hoy en día son máquinas de alta precisión, diseñadas para cumplir su función a la perfección durante años y cientos de miles de kilómetros, pero también son máquinas cuyo desempeño depende de un mantenimiento puntual para garantizar el buen funcionamiento de sus componentes, por eso es muy importante respetar los periodos de mantenimiento dictados por el fabricante, especialmente en lo referente al buen estado de la mecánica.
Una parte clave de este correcto mantenimiento consiste en cambiar a tiempo tres filtros, esenciales para que la motocicleta no sufra desgastes prematuros o daños graves. Por lo general, los filtros automotrices emplean un elemento interno fabricado de celulosa plisada (papel plegado en forma de acordeón) o algodón (gasas de algodón superpuestas), aunque también existen otros fabricados con esponjas.
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Recordemos que en el funcionamiento del motor intervienen muchos elementos sincronizados entre sí y existen varios circuitos hidráulicos que deben utilizar un filtro, para que las impurezas que se generan sean filtradas y no acorten la vida útil de los componentes. También no olvidemos que para que un motor funcione correctamente y se pueda producir la combustión interna para generar movimiento mecánico, se necesita aire y combustible, los cuales deben ser filtrados de impurezas.
Tipos de filtros
Filtro de aceite. El lubricante es la sangre de nuestro motor y su filtro es el elemento que se encarga que ninguna impureza termine dañando los componentes internos, pues atrapan pequeñas partículas e impurezas contenidas en el interior del motor, en muchas ocasiones derivadas de la propia combustión. Una simple viruta metálica podría rayar las paredes de la cámara de combustión y provocar una avería. Los filtros de aceite deben reemplazarse cuando cambiamos el aceite y nunca deben reutilizarse.
Filtro de combustible. Estos componentes pueden durar miles de kilómetros en buen estado, pero lo ideal es cambiarlos cada vez que se realiza un servicio de mantenimiento al motor, sobre todo cuando se trata de un propulsor alimentado por inyección de combustible, pues cualquier impureza o agente externo en el combustible podría provocar daños, especialmente en los inyectores.
Filtro de aire. Tiene la función de evitar que se cuelen elementos externos en la admisión y pasen a la cámara de combustión. Una simple partícula podría causar daños graves si termina en el interior del motor. Los intervalos de mantenimiento de los filtros de aire varían según los fabricantes, pero en promedio se deben reemplazar cada año, sobre todo si normalmente nos desplazamos en zonas de terracería.
La principal consecuencia de no cambiarlo a tiempo será un aumento del consumo de combustible, pues el motor tendrá que hacer más esfuerzo para respirar, y lo compensa inyectando más combustible; en casos extremos, el motor podría dar jalones o tener problemas para arrancar.