A pesar de las diferencias, ambos modelos comparten una altura de asiento de 835 mm, además de que ambas ejecuciones equipan motores actualizados, pasando de un bloque cuatro en línea refrigerado por líquido de 16 vávulas y 1,043 cc de desplazamiento a una nueva alternativa de 1,099 cc.

Kawasaki afirma que el motor desarrolla 136 caballos de fuerza desde las 9,000 rpm y que el torque es de 83.4 libras-pie a las 7,600 rpm. Está acoplado a una caja de cambios de seis velocidades, con una quinta y una sexta marchas más largas, además de un cambio rápido que, según la marca, funciona a tan sólo 1,500 rpm. A esto se suma un taque de combustible rediseñado y de mayor capacidad, de 19 litros.

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Además de la electrónica, se incluye un conjunto completo de control de tracción, frenos ABS en curvas, modos de potencia y control crucero, todos instalados de serie en la variante básica. Ambas motos también se pueden conectar a una versión actualizada de la aplicación Rideology de Kawasaki, que ahora puede utilizar la activación por voz para una experiencia de manos libres. También viene instalado un puerto de carga USB-C montado en el manubrio.

Dejando de lado los gadgets, la SX se beneficia de un parabrisas ajustable en altura y equipaje extraíble, así como una nueva variante SE de 234 kilos de peso que aumenta aún más la lista de especificaciones. Por ejemplo, incorpora puños calefactables de serie, pinzas de freno delanteras Brembo M4.32, bomba de freno y discos delanteros también de Brembo. También incorpora un amortiguador trasero Öhlins S46 con ajuste remoto de precarga. Se desplaza sobre neumáticos deportivos de turismo Bridgestone Battlax S23 de 17 pulgadas de serie.