Royal Enfield no deja de reforzar su gama con modelos cada vez más interesantes, sobre todo para ese público al que le gustan las motos de baja cilindrada con un aspecto muy cuidado y un dinamismo fácil que les de juego en la ciudad y sus alrededores. La GRR 450 responde a la perfección a esas personas gracias a una moto de potencia moderada, pero suficiente para prestar un buen servicio gracias a sus 40 hp provenientes de su motor monocilíndrico .
Planteando una ergonomía de moto desnuda clásica, que no fuerza para nada la posición de las piernas y los brazos, la GRR 450 se postula como una afable compañera en tu vida cotidiana.
Además, Royal Enfield la dotó de una parte del ciclo donde Showa firma la horquilla convencional de 43 mm ya la vez encontramos detrás de un amortiguador con sistema progresivo, amén de una pinza delantera Bybre que “muerde” un disco de gran diámetro. El chasis es similar al de la Himalayan 450, pero lógicamente adaptado a nuevas geometrías, que requieren otros puntos de anclaje de las diferentes piezas.
Lo que sí es idéntico es el motor. Se trata del propulsor de un cilindro denominado Sherpa, que cúbico 452 cc y es de una concepción moderna. Esto significa que estamos ante una cabeza de cuatro válvulas y refrigeración líquida, lo que lo hace eficiente en cuanto a consumo y rendimiento, 40 hp a más de 8,000 vueltas y 40 Nm a una 5,500 revoluciones, son sus cartas de presentación. Si unimos esto a un peso en seco de 174 kilos, tenemos un cóctel de moto en principio tranquilo, pero veremos durante la ruta qué tal funciona toda esta ecuación.
Un aspecto importante de este modelo reside en su instrumentación. Se trata de una pantalla TFT esférica con abundante información, que incluye marcha engranada, computadora abordo e incluso podemos visualizar los dos modos de conducción que ofrece para el motor. También da la posibilidad de conectar nuestro móvil para disfrutar de lo más importante: el sistema de navegación integrado denominado Tripper, un sistema de guiado paso a paso intuitivo desarrollado junto a Google, y si tenemos casco con Bluetooth, podemos gestionar llamadas e incluso escuchar. musica
Todo se maneja desde un joystick en el mando izquierdo, mientras los dos modos de conducción se modifican desde el derecho. También hay una toma USB-c en la parte central del manillar. En parado es una moto que transmite la sensación de tener cuidado en cuanto a materiales y acabados.
En cuanto al asiento, está situado a 780 mm del suelo, lo que la hace accesible para cualquier estatura ; yo mido 1.66 metros y alcanzaba bien el suelo con ambos pies. Además, cuenta con un puesto trasero donde la persona puede agarrarse a dos estructuras metálicas, así que invita a rodar en compañía cómodamente.
GRR urbana
Royal Enfield nos planteó una ruta larga y variada, con un buen tramo urbano, pero sobre todo una escapada por carretera plagada de curvas. Esto ya anuncia que confía en su GRR 450. En ciudad es un motor que apoya muy bien porque el funcionamiento es suave, sin tendencia a dar tirones y sin más vibraciones de la cuenta. Además, se siente el torque desde abajo, por lo que en absoluto hace falta ir estresados en zonas del cuentavueltas altas.
La moto ofrece una sensación de menajabilidad buena, con una radio de giro que no es especialmente favorable, pero tampoco limita más de la cuenta los movimientos a muy baja velocidad. A pesar de no ser ligera sobre la báscula se mueve con soltura, de forma fácil e intuitiva.
Todo se acompaña con una postura de conducción natural, donde la espalda queda erguida y las piernas no se fuerzan excesivamente, aunque la posición algo retrasada de los pies le da un discreto matiz deportivo. Los brazos se benefician de un manillar ancho y con la elevación justa, rematando una ergonomía confortable.
GRR rutera
Cuando abordamos el trayecto por carretera, pudimos disfrutar de sensaciones más potentes a nivel de chasis y motor. El bastidor es una de las claves principales , ya que permite que la moto en este escenario siga siendo sencilla de manejar y rápida cuando se mueve entre curvas. Está claro que su concepción urbana también está enfocada a poder practicar una conducción más dinámica y entretenida.
En este sentido cuenta con el apoyo total de un motor que, en el medio régimen, es muy aprovechable y sabroso, porque aporta un empuje enérgico. Eso sí, en este momento aparecen las vibraciones en torno a las 5,000 vueltas y ya no cesan, distorsionando incluso la visión por los retrovisores, que por cierto tienen buena ubicación para tener buena panorámica trasera, aunque no son especialmente grandes, pero su diseño encaja a la perfección con la filosofía estética de la moto.
En cuanto a la caja de velocidades, es destacable que resulta preciso su funcionamiento, lo que siempre es una buena noticia. Cuenta con asistente para suavizar las operaciones, ya que la maneta tiene un tacto algo duro si usamos todo su recorrido. Por cierto, no tiene regulación en distancia, como tampoco dispone en la de freno. Lo que sí aporta es un embrague antirrebote que siempre viene bien.
En cuanto a las suspensiones cumplen su cometido, aunque desde un punto de vista alejado de la deportividad, es decir, el ajuste es más bien blando, lo que hace la moto cómoda al pasar baches en ciudad, pero en este uso limita un poco nuestras ansias deportivas. Pero lo cierto es que es una moto tranquila; no es deportiva ni lo pretendo. Escucharás los avisadores de los posapies si abusas de las inclinadas. Por cierto, los neumáticos CEAT se comportan perfectamente en seco en esta tesitura.
Aún así tiene un factor de diversión evidente, ya que se encuentra perfectamente asentada en todo momento y nos permite mantener un ritmo vivo entre curvas. La suspensión es consistente y los frenos reaccionan con la potencia necesaria en todo momento. Es cierto que con terreno por delante y velocidades altas se resiente un poco la estabilidad, pero estamos hablando de cifras, muy por encima de la velocidad permitida en autopista. Además, es una moto que consume con moderación, ya que se anuncia un consumo de poco más de 30 km/l. Esto hace que su depósito de combustible de 11 litros rinda a la perfección para una moto de este enfoque.
Valoración
La Royal Enfield GRR 450 llega con una propuesta estética muy agradable a la vista. Sin estridencias pero con personalidad, demuestra que la marca india tiene una buena mano para las motos modernas con tintes retro. El depósito de combustible cuenta con un delicado modelado y me agrada también la originalidad de la parte trasera. Como decía al principio, es una moto que evidencia un esmerado proceso de fabricación, a pesar de ser sencillo.
Pero esta sensación es solo aparente, porque hay buenas dosis de tecnología en esa pantalla esférica, que es un gran punto a favor por la presencia de la navegación. Otros factores claves son el bastidor y el motor, que se encuentran en un buen equilibrio y son altamente responsables de las buenas sensaciones a los mandos, tanto en ciudad como en carretera. Al final tenemos una moto muy tentadora para ese público con poca experiencia, que no quiere hacer grandes dispendios pero necesita una máquina amistosa, resolutiva en el día a día y con la que podamos disfrutar en nuestras escapadas por carretera.