El 30 aniversario de la saga Duke trajo consigo la renovación de casi toda la gama y la 390 fue una de las afortunadas que dan un paso adelante en 2024 para adaptarse a la normativa Euro5 + y aprovechar para presentarse como una profunda evolución en todos los sentidos. Básicamente estamos hablando de una moto con nuevo chasis, basculante, suspensiones y motor, que se muestra con un diseño inédito y bastante espectacular, lo que te puede dar una idea de hasta dónde alcanza su ambiciosa renovación. Pero eso no es todo.

Además incluye más tecnología, para posicionarla como una moto de absoluta referencia en este momento, ya que ofrece dos modos de manejo y hasta control de salida, que se suman al ABS que funciona en inclinación (igual que el control de tracción) y ofrece, además, el modo supermoto, que libera la rueda trasera; inalcanzable para sus rivales en este sentido, y si añadimos más tecnología en su nueva instrumentación y un refinamiento general que salta a la vista, tenemos una moto sumamente interesante, que mantiene un precio razonable teniendo tomando en cuenta todo esto.

Claves KTM 390 DUke 2024

El motor sube de cilindrada hasta los 399 cc, desde los 375, incrementando sensiblemente el torque, pero manteniendo la potencia intacta en torno a esos 44 a 45 caballos de fuerza, una cifra muy buena para un propulsor monocilíndrico. Mantiene un consumo muy moderado, en torno a los 28 km/l y el nuevo depósito incrementa su capacidad hasta 15 litros, lo que permite intuir una autonomía que estará fácilmente en torno a los 400 kilómetros por tanque.

El asiento es más bajo, ya que se rediseñó, gracias a la nueva ubicación delantera del filtro del aire y en otro orden de cosas, las geometrías de dirección también se modificaron, para hacerla aún más reactiva sin perder nada de estabilidad. Y precisamente para eso se rediseñó el bastidor, que mantiene su vistosa estructura tubular naranja, pero ganó en rigidez torsional. De este modo, KTM propone mantener su agilidad basada en una gran ligereza (165 kilos con los depositos llenos) sin perder el aplomo a alta velocidad. Por cierto, los nuevos rines permitieron un ahorro de más de 4 kilos, una cifra muy llamativa, mientras que calza neumáticos Michelin Power 5, para reafirmar su propuesta deportiva.

Así que el cóctel se mantiene igual, pero mejorado dinámicamente y acudimos a su presentación internacional en Almería, para comprobar hasta dónde ha evolucionado en el apartado dinámico una moto que siempre me ha encantado por su radical filosofía, basada en un poderoso motor y una parte ciclo muy bien planteada para un uso 100% deportivo.

En marcha: potente y ligera

Alcancé el asiento con todavía más facilidad, gracias a que ahora está situado a solo 820 mm del suelo, 15 mm menos que la generación precedente. Arranqué el motor y su sonido es característico, a maquinaria ronca y con las vibraciones siempre muy presentes, como algo que forma parte de su personalidad. Metí la primera, que entra muy suavemente, gracias a que se mejoró la caja de cambios, y desde el primer momento se notó mucho más precisa y agradable. El embrague es asistido y cuenta con sistema antirrebote. Poco o nada más se le puede pedir, ya que podemos pagar la instalación de un shifter bidireccional, algo que ya era posible con el modelo anterior. Por cierto, es un elemento que funciona realmente bien en conducción deportiva.

El motor ganó algo de torque y tiende a responder con suavidad a bajas vueltas, a mostrar menos traqueteo, aunque continúa siendo arriba donde da lo mejor de sí. La moto se muestra sumamente ágil y fácil de manejar a cualquier velocidad, exhibiendo un radio de giro muy bueno para las maniobras a baja velocidad y en conducción urbana.

La ruta transcurrió principalmente por carreteras de montaña, y la KT 390 Duke se mostró como una moto rápida, apoyada en unas suspensiones de gran calidad para esta segmento y además regulables, lo que no es nada habitual, especialmente en el tren delantero. A pesar de contar con un solo disco en la parte delantera, la nueva pinza Bybre de anclaje radial hace un trabajo impecable para detener la moto con total solvencia, y con un sistema ABS que entra con discreción y cuando le toca, no antes.

Por cierto es una moto que por fin cuenta con warning, un detalle del que incomprensiblemente adolecía el anterior modelo. Lo cierto es que da un claro paso adelante en cuanto a la calidad de los mandos y la nueva instrumentación que es más completa y vistosa ofreciendo, además, un modo denominado "track", que modifica el diseño, da prioridad al tacómetro y prescinde de la información superflua para este uso, incluso tiene un cronómetro para los tiempos por vuelta.

Cómoda y divertida

Volviendo al comportamiento en carretera de montaña, se trata de una auténtica depredadora de curvas cuando llevamos el motor por encima de las 6,000 vueltas, suministrando un empuje muy bravo, mientras nos hace sentir un buen control, gracias a un conjunto muy estabilizado y a la vez muy predispuesto a moverse con una gran rapidez entre curvas. La rueda delantera aguanta a la perfección las clavadas de frenos más fuertes para entrar en el viraje y los neumáticos tienen un comportamiento impecable en plena inclinación, donde sentimos además muy buena tracción derivada del nuevo basculante y de una distancia entre ejes sensiblemente mayor.

Todo desde una posición de conducción que se ha redefinido, pero que continúa siendo confortable y de claro matiz deportivo. Más cómoda sería la marcha sin vibraciones, pero sí las notamos, especialmente cuando vamos con el motor muy revolucionado. Se transmiten incluso a los retrovisores que tienen buena ubicación, para ofrecer una buena panorámica de lo que sucede detrás pero su visión se enturbia un poco en esta situación.

Además, la ergonomía es acertada, porque a pesar de ser una moto compacta, te recibe bien, tanto a gente como yo que soy más bien bajo y menudo, con mi 1.66 metros, pero también a personas de mayor envergadura, tal y como pude comprobar durante su presentación. Los asientos son de calidad, pero tras un rato largo subido en la moto para hacer la ruta, me pareció que el confort comenzaba a mostrarse un poco duro.

Valoración

En definitiva, tenemos una moto de baja cilindrada sumamente ambiciosa. KTM quiere que lo tengas claro si buscas una naked deportiva de esta cilindrada, porque la ha dotado de tal manera que ahora mismo casi no tendría rival. Llegó para marcar la pauta y además, luce un diseño que parece una KTM 1290 Super Duke R en pequeño.

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Creo que se acierta de pleno con esta nueva generación que, además, mantiene un precio muy controlado, teniendo en cuenta que estamos ante una moto renovada en un 90% y de clara mayor calidad general. Elementos mejorados como el cambio de marchas se agradecen mucho y se suman a esa mayor finura que, sin duda, esgrime esta nueva KTM 390 Duke como uno de sus principales reclamos.

Es una moto que sube el nivel, no solo de ella misma, sino también de la categoría, ya que cuenta con argumentos de motos más grandes integrados en un planteamiento muy completo que, a los mandos, sigue cautivando fiel a sus principios de moto monocilíndrica de alto rendimiento.