Reconozco que me quedé un poco frío cuando vi las primeras fotos de la nueva V85 TT, parecía como que Moto Guzzi apenas había cambiado nada, ya que estéticamente es prácticamente igual que la versión anterior, y que había centrado toda su atención en la nueva Stelvio, que por otro lado tenía sentido. Pero con las primeras fotos llegó también una ficha con el detalle de todos los cambios implementados en su peculiar trail y, tras leerlo con atención, esa frialdad inicial se tornó en un calentón posterior muy importante, tanto por las mejoras introducidas como por la aparición de la versión Strada y que se suma a la familia en 2024.
Para gustos los colores
Conozco muy bien esta moto, poseo una V85 TT 2021 desde hace un par de años y estoy encantado con ella, aunque tiene aspectos a mejorar. Precisamente, esos puntos criticables desde mi punto de vista son en los que Moto Guzzi ha trabajado con especial esmero, lo que me hace sospechar si me están espiando. Bueno, no hay que ser paranoico, simplemente habrán leído a sus clientes en los distintos grupos en redes sociales, pues la mayoría criticamos los mismos aspectos, en especial la protección aerodinámica y la respuesta del motor a bajas revoluciones.
El hecho de haber atendido las sugerencias de sus clientes explica igualmente la razón de no haber realizado cambios estéticos radicales. Es una moto que es diferente, con una imagen peculiar y con mucha personalidad. Apenas se distingue de la versión anterior por los soportes del faro y la parrilla trasera, ahora de aluminio pulido y que, en mi opinión, le resta gracia, aunque me imagino que habrá un ahorro de peso.
Tampoco me convenció la decoración elegida, más que los colores, me refiero a los logotipos V85 en el depósito de gasolina y en los cubre horquillas. Los podían haber puesto como accesorio y haber dado la libertad a cada cliente de añadirlos o no. Me gusta el color empleado en la versión Travel, muy elegante y totalmente ajustado a la filosofía de este modelo. Agradezco igualmente el haber cambiado de sitio la sonda lambda, que ahora queda escondida en la parte inferior de los colectores.
El resto de la moto es, como decía anteriormente, prácticamente igual, destacando el doble faro delantero, su depósito de grandes dimensiones y formas trabajadas para dejar sitio a los cilindros. Es una trail que te gusta o no, pero no deja indiferente.
Cambios en instrumentación y mandos
Lo primero que notas al subirte en ella es que no ha cambiado nada la posición de conducción. Es una moto muy cómoda, con un asiento amplio y con un confort muy adecuado para recorrer largas distancias sin parar. La espalda va erguida, el manillar es ancho y las rodillas se adaptan perfectamente al depósito, que es más estrecho en esa zona para que el piloto quede totalmente integrado.
Lo único que sigue molestando de vez en cuando son los soportes de las estriberas del pasajero en la parte trasera de las botas del piloto, pero sólo si eres de estatura alta, yo, con mis 1.65 metros de altura apenas lo noté. En general, me alegra ver que se mantiene el confort de la versión anterior y que para mí es uno de los grandes secretos de esta V85 TT.
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Los mandos se reemplazaron por unos de aspecto más robusto, menos vanguardistas visualmente que las anteriores, pero mucho más funcionales y compartidos con otros modelos de la marca. Me gustan más éstas nuevas, pues las anteriores daban sensación de fragilidad. También se mejoró la pantalla TFT, al menos tiene un tamaño mayor y los dígitos son igualmente más grandes, algo que agradecemos para los que comenzamos a tener dificultades para ver de cerca.
Me hubiera gustado más un fondo en claro con los dígitos oscuros o, al menos, la posibilidad de elegir. Lo bueno es que está situada en una posición más elevada que antes y no hay que bajar tanto la cabeza para observar los datos. Mejora la usabilidad respecto del modelo anterior con las flechas del mando izquierdo, que permiten navegar entre los menús y cambiar el modo de conducción, ya no se utiliza el botón de encendido para tal fin.
Extrañamos un soporte para el navegador por encima de esta instrumentación, como sí lo lleva la Stelvio, pues habrá que recurrir de nuevo al after market. En una moto de orientación viajera es ya un elemento casi imprescindible. Además, con el nuevo parabrisas no sé cómo se podrá adaptar un componente de este tipo. Ya que hablo del parabrisas, decir que su manipulación es muy sencilla, basta una sola mano y tiene cinco niveles de ajuste. Hacía falta esta mejora, no hay más que fijarse que la gran mayoría de los clientes de la V85 TT han probado distintos parabrisas. Yo también he utilizado dos diferentes en la mía.
Esto es porque la versión anterior padece turbulencias que se producen cuando “choca” el aire de la parte superior del parabrisas con el aire que llega desde la parte inferior del depósito. ¿Cómo trabajó Moto Guzzi este inconveniente? Por un lado, con la ya comentado parabrisas y, por el otro, montando unos pequeños deflectores de plástico en los soportes del faro y unos añadidos, también de plástico, en las dos entradas de la parte superior del depósito de combustible. Tiene lógica, en mi propia V85 TT ya monté unas piezas similares y algo hacen, aunque creo que son más importantes los deflectores colocados debajo del faro.
¿Funcionan estos cambios? Pues he de decir que he notado una clara mejoría, aunque he tenido que ir jugando con la altura del parabrisas porque no en todas las posiciones me he sentido a gusto. Pero lo más curioso es que de los periodistas presentes, aquellos de mayor altura son los que se sintieron más cómodos; los más bajos tuvimos que darle más vueltas hasta dar con una posición más adecuada.
Pero lo que más me llamó la atención es que al montarme en la versión Travel, que tiene una pantalla más alta y deflectores laterales, sentí más el viento que con la versión estándar. Es cierto que rodamos al lado del mar y en un día de mucho viento, por lo que me gustaría probar la moto en otras circunstancias.
Motor más lleno desde abajo
Nos generaba también mucho interés el ver qué tal le había sentado el nuevo motor de distribución variable con el que, según los responsables de la marca, se consigue una mejor respuesta a bajas revoluciones y un incremento de la potencia arriba. La V85 es una moto para viajar relajado, aunque sus 80 hp, 4 caballos más que en la anterior, dan mucho de sí.
Lo que más me llamó la atención es que su motor es mucho más aprovechable cuando lo llevas a bajas revoluciones y, sobre todo, la respuesta del acelerador es inmediata. Es decir, en la versión anterior, al acelerar de golpe para realizar un adelantamiento o al salir de una curva, se aprecia un pequeño bache, como si se ahogara por un pequeño instante, y eso no se nota en la 2024.
Por otro lado, tampoco te ves obligado a bajar de marcha cuando dejas caer el motor por debajo de las 4,000 rpm, el motor está muy lleno desde las 3,000 rpm y eso te permite llevar una conducción mucho más desahogada y tranquila.
No noté la diferencia en su potencia máxima a tope de vueltas, sinceramente, creo que el gran avance está en haber suavizado su funcionamiento en el bajo y medio régimen. De todas formas, insisto en que es una moto de corte tranquilo que no exige llevarla muy alta de vueltas. Su potencia máxima se alcanza a las 7,750 rpm y el torque a 5,100 rpm.
No hay modificaciones en la transmisión, que sigue siendo dura y tosca, sobre todo con la moto en frío, especialmente en la primera y segunda velocidad. Conforme el motor va tomando temperatura, el tacto va mejorando. Seguramente habrá quien demande un quickshifter, pero de momento no está disponible ni siquiera como opción.
Probamos la moto en un día poco caluroso, por lo que no ha planteado inconvenientes en este sentido, aunque mi experiencia dice que este motor en V refrigerado por aire transmite bastante calor al cuerpo cuando se conduce en verano. En este sentido, la marca introdujo un sistema para mejorar las detonaciones para evitar el picado de biela del que se quejaban algunos usuarios.
Precisión en las curvas
Que el carácter del motor de la V85 sea más bien tranquilo no significa que no se pueda ir rápido con ella, sino todo lo contrario, y es que su comportamiento cuando entramos en carreteras de montaña sorprende por su agilidad y aplomo. Es una moto muy noble, que apoya muy bien en las curvas y con componentes de gran nivel, tanto en suspensiones como en frenos.
Tanto la horquilla como el amortiguador KYB gozan de 170 mm de recorrido, más que suficiente para hacer frente a los baches más marcados de una carretera en mal estado, pero sin llegar a ser excesivo para plantear una conducción más exigente en asfalto liso. Ambos componentes son regulables, el amortiguador mediante un pomo que es novedad en 2024, manteniendo éste último, tal y como viene de serie, un comportamiento más enfocado al confort.
La frenada es impecable, tanto delante como detrás, con mucha potencia y facilidad para dosificar gracias a su equipo firmado por Brembo y compuesto por un doble disco delantero con pinzas radiales. El ABS no es nada intrusivo y puedes abusar del freno trasero sin que sientas que está actuando.
En esta presentación uve oportunidad de probar durante un rato la versión Strada. No pensé que hubiera tanta diferencia con la estándar y con la Travel, pero sí que la hay. La Strada es sólo 4 kilos más ligera que la estándar, pero parecen más porque la moto entra mucho mejor en las curvas, es más ágil y te permite inclinar más. Tiene lógica por el montaje de unos neumáticos de carretera en vez de los mixtos de la otra.
Lo cierto es que me llevé una muy buena impresión de ella y espero poder probarla más a fondo en breve. Lo bueno es que la V85 Strada, aunque viene menos equipada que las otras, permite añadir el resto de componentes que tienen sus hermanas mayores y obtener una moto muy interesante para aquellos que buscan una moto enfocada 100% al asfalto.
Opinión y valoración
Pocas opciones quedan hoy en día para los que buscamos motos diferentes debido a las regulaciones medioambientales. Por eso celebro con entusiasmo que Moto Guzzi siga apostando por su V85 TT, con su motor de aire como aspecto más identificativo. El nuevo sistema de distribución variable le sentó como guante, otorgando una conducción todavía más placentera y eficaz.
Se ha solucionado en gran parte su déficit aerodinámico, aunque creo que es casi imposible resolverlo por propio concepto, pues es una moto sin carenado superior y el aire siempre va a llegar por algún lado. Pero, sinceramente, uno de los atractivos de esta moto es su imagen, su estilo propio, que quedaría muy tocado con algo que no fuera su faro delantero al estilo off-road clásico.
También valoro de forma positiva que mantenga ese confort en marcha para poder hacer grandes viajes sin cansancio alguno. Es una moto muy viajera, de ahí que cobre tanto sentido su versión Travel con las maletas y resto de elementos que incluye de serie, como el asiento y los puños calefactados. La Strada, por su parte, bien merece una prueba por separado, que esperemos sea pronto, pues creo que es una opción a considerar para un público algo diferente al de las otras dos versiones como así nos demostraron los kilómetros que rodé con ella. El precio en México de la Moto Guzzi V85 TT inicia en 299 mil pesos.