De acuerdo con patentes presentadas recientemente, todo apunta a que este ATV será impulsado por un motor bicilíndrico en paralelo de 999 cc, extraído del Wolverine RMAX, un potente UTV conocido por su destreza tanto para la recreación como para el trabajo que involucre desplazarse por superficies irregulares y terracerías.
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Para darnos una idea de las prestaciones de este propulsor, en el Wolverine RMAX produce 108 caballos de fuerza, suficiente para un UTV y más que sobrado para un ATV. El dicho de “más vale tenerlo y no necesitarlo que necesitarlo y no tenerlo” definitivamente se aplica en esta ejecución de cuatro ruedas.
Para obtener mayor comodidad, control y un mejor reparto de pesos, Yamaha colocó el enorme motor bicilíndrico en paralelo debajo del asiento del vehículo. Esto significa que la transmisión está al frente, lo que permite un asiento más estrecho y estribos anchos para mayor facilidad al cambiar el peso.
El diseño del motor presenta una cabeza invertida, con las tomas de aire hacia arriba y el escape hacia abajo. Como tal, las partes pesadas, como colectores y otros componentes del sistema de escape, están más cerca del suelo, lo que mejora la estabilidad. Además, disipa mejor el calor.
Yamaha también colocó el motor y los conductos de la transmisión automática CVT en una posición elevada, lo que permite una capacidad de vadeo más profunda, mientras que el tanque de combustible y la batería están montados sobre el eje de transmisión delantero, esto para mejorar la distribución de peso.
En cuanto a la suspensión, el ATV de Yamaha equipa un sistema de doble horquilla con un conjunto de amortiguadores helicoidales de depósito remoto de largo recorrido. También hay una barra estabilizadora trasera, para un mejor rendimiento en las curvas a gran velocidad; ya veremos cómo evoluciona este modelo hasta llegar a la versión final de producción.