Si bien existen varios sistemas de transmisión secundaria en el mundo de las motocicletas, por cadena, banda o flecha cardán, lo cierto es que la cadena ha estado presente desde la invención de la propia moto pues, al final, fue un vehículo derivado de la bicicleta, a la que se le agregó un motor de combustión interna para ponerla en movimiento.
En la actualidad se mantiene vigente, pero ha evolucionado de manera notable, utilizando nuevos materiales, más ligeros, resistentes y con mayor tolerancia a la fricción, sin embargo, no deja de ser un componente que siempre está sometido a mucho esfuerzo mecánico cada vez que giramos el acelerador en el mando derecho, y a un desgaste constante por la acción del movimiento.
Por eso es importante realizar un mantenimiento periódico para asegurarnos que su estado y funcionamiento sean los correctos pues, con el uso diario, los efectos de la intemperie, y la suciedad que se le adhiere en cada uno de los eslabones que la conforman, reseca el lubricante que utilizan para disminuir la fricción, y esto puede provocar un desgaste prematuro hasta romperla. De modo que en Motofichas preparamos este breve paso a paso que te será muy útil para realizar el mantenimiento a la cadena.
Toma nota
Lo primero que debemos hacer es realizar una inspección. El lubricante retrasa el desgaste que sufren los eslabones de la cadena entre ellos por el movimiento circular, y de la fricción que se produce entre estos y el sprot donde engranan para impulsar la rueda trasera. Si están resecos se les debe dar mantenimiento.
Posteriormente, debemos preparar la zona de trabajo. Antes de iniciar, no está demás proteger la zona donde realizaremos esta actividad con papel periódico, cartón o con una charola de plástico, pues al comenzar a retirar la suciedad de la cadena, puede escurrir hasta el piso y mancharlo permanentemente.
Para eliminar el lubricante sucio es necesario diluirlo. Podemos humedecer la cadena con una brocha de cerdas medianas en un recipiente que contenga gasolina blanca y tallar cada uno de los eslabones hasta que queden limpios. Si la suciedad está muy incrustada será necesario dar una segunda pasada con la gasolina y la brocha hasta que la cadena y el sprot estén limpios. Al finalizar retira el exceso de solvente con un paño seco y limpio.
Una vez que la cadena está perfectamente limpia y seca, es momento de colocar grasa lubricante de alto desgaste en cada eslabón, consigue en cualquier refaccionaria, tanto en la parte interna como externa de la cadena. También existen productos lubricantes especializados que vienen en espuma, los cuales cumplen también con la misma función.
Una vez limpia y lubricada, no está demás verificar la tensión de la cadena. Si al presionarla con la mano guarda una distancia de un centímetro con respecto al basculante de la horquilla de la suspensión, la tensión es correcta, de lo contrario será necesario apretar las tuercas de los tensores ubicados atrás del eje de la rueda. Ahora sí, a rodar se ha dicho.